Los autores del Crack, logran un rompimiento amado y odiado por algunos. Super Mexicanos o traidores a la patria, Europeos o inditos con ínfulas de grandeza…lean su manifiesto y opinen.
Tomado de:
Manifiesto Crack, (Volpi · Urroz · Padilla · Chávez · Palou) Lateral. Revista de Cultura. N. 70 octubre de 2000.
Consistente con su proyecto de vida y con su futuro, la novela del Crack se antoja como
renovación desde el tradicional último espacio a visitar: recorrer nuevamente, y con la misma
voluntad de naufragio, la feria del Crack, mostrada en el siguiente tetrálogo.
1. Las novelas del Crack no son textos pequeños, comestibles. Son, más bien, el churrasco de
las carnes: que otros escriban los bistecs y las albóndigas. A la ligereza de lo desechable y de
lo efímero, las novelas del Crack oponen la multiplicidad de las voces y la creación de
mundos autónomos, empresa nada pacata. Primer mandamiento: "Amarás a Proust sobre
todos los otros".
2. Las novelas del Crack no nacen de la certeza, madre de todos los aniquilamientos creativos,
sino de la duda, hermana mayor del conocimiento. No hay, por ende, un tipo de novela del
Crack, sino muchos; no hay un profeta, sino muchos. Cada novelista descubre su propio
pedigrí y lo muestra con orgullo. De padres y abuelos campeones, las novelas del Crack
apuestan por todos los riesgos. Su arte es, más que el de lo completo, el de lo incumplido.
Segundo mandamiento: "No desearás la novela de tu prójimo".
3. Las novelas del Crack no tienen edad. No son novelas de formación, y rehúyen la frase de
Pellicer: "Tengo años y creo que el mundo nació conmigo". No son, por ende, las primeras
novelas de sus autores doce las tentaciones de la autobiografía, del primer amor y del ajuste
de cuentas familiar pesan por sobre todas las cosas. Si la posesión más preciada del novelista
es la libertad de imaginar, estas novelas exacerban el hecho buscando el continuo
desdoblamiento de sus narradores. Nada más fácil para un escritor que escribir sobre sí
mismo; nada más aburrido que la vida de un escritor. Tercer mandamiento: "Honrarás la
esquizofrenia y escucharás otras voces; déjalas hablar en tus páginas."
4. Las novelas del Crack no son novelas optimistas, rosas, amables; saben, con Joseph
Conrad, que ser esperanzado en sentido artístico no implica necesariamente creer en la
bondad del mundo. O buscan un mundo mejor, aunque sepan que tal vez, en algún lugar que
no conoceremos, tal ficción pueda ocurrir. Las novelas del Crack no están escritas en ese
nuevo esperanto que es el idioma estandarizado por la televisión. Fiesta del lenguaje y, por
qué no, de un nuevo barroquismo: ya de la sintaxis, ya del léxico, ya del juego morfológico.
Cuarto mandamiento: "No participarás en un grupo en que te acepten a ti como miembro"